El Primer Círculo

Tuesday, April 05, 2005

A falta de barbitúricos

Ya me he secado los dedos cuarenta veces. Juraría que tengo los dedos de la mano derecha mojados por dentro. Los reviso por última vez y están secos. Me atrevo a esbozar la siguiente teoría, es un pequeño sudor impercetible, pero constante, que transmite información y se pega a todo lo que toco.
Se está poniendo de moda eso de los estados de ánimo. Primero con la clase de Kierkegaard y ahora con Heidegger. Ahora gracias a Guerra uno no puede ir caminando sin escuchar de vez en cuando un "contrafáctico", es una palabra poderosa. Me pregunto que tanto pegue llegará a tener eso del estado de ánimo, y si bien muchos pretenderán resistir heroicamente yo ya estoy en desventaja porque llevo algún tiempo con eso.
En Minneapolis, cuando finja que estoy investigando Kierkegaard, lo usaré mucho. Johannes de Silentio comienza hablando poéticamente de Abraham para establecer el estado de ánimo. Eso es lo que voy a estudiar. Supuestamente.
The Cure y los estados de ánimo. ¿Nunca te fijaste que siempre son los mismos acordes que se repiten? Y esto se puede hacer de dos modos. En primer lugar en el rock modal en el que se exploran los siete modos haciendo arte en su más alto sentido, y el otro, que es el que me gusta, es repitiendo los mismos acordes dándole a una guitarra con delay y chorus y flanger y cosas y con unos riffs de bajo poderosísimos, como el de Fascination Street.
Piensa en cuando apagas la televisión. ¿Es porque quieres hacer otra cosa? A veces. ¿O ya te hartó? ¿Te duele la cabeza de tanto ver televisión? ¿Tienes algo más que hacer? A veces, a veces, a veces. Pero también uno apaga la televisión sin motivo, satisfecho y sin ninguna situación particular. Simplemente porque ya fue suficiente.
No te preocupes, no me voy a matar. No todavía. Y sobretodo, no así.

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